¿Qué son los NFT?

Primero llegaron las criptomonedas, que son básicamente una pieza de software que hace las veces de activo, representa valor en el criptomercado, y aspiran a convertirse en medio de pago de adopción masiva. Luego llegaron los llamados Tokens (fichas en Inglés), que son los que están trayendo esta nueva ola de transformación criptográfica, Los tokens son un concepto más amplio que las criptomonedas, aunque tecnológicamente son muy similares al estar basados igualmente en la red Blockchain. La mayoría de los tokens se emiten actualmente en la red Ethereum gracias a su capacidad de programación con “contratos inteligentes”.

Los tokens se diferencian de las criptomonedas básicamente en que, mientras que la criptomonedas tienen un valor otorgado por la propia comunidad en su sentido más amplio, el valor de los tokens suele orbitar en torno a una comunidad privada con fines generalmente corporativos. Por ejemplo, podemos consideran como “tokens” las fichas de una casino con las que puedes apostar en el propio casino pero no tienen ningún valor fuera de el.

Y por último llegaron los famosos NFTs (Tokens-No-Fungibles). Los NFTs son efectivamente tokens, pero que pueden representar bienes tangibles o intangibles, siendo ellos mismos un activo puramente intangible. Esa característica de no-fungibles (es decir, no se consumen con el uso) hace de los NFTs el criptovehículo ideal para digitalizar y crear todo un mercado de obras de arte digitales. Tras adquirir en forma de NFT una obra de arte, ésta no va a irse consumiendo conforme usted la visualice, la preste, o haga cualquier otro uso de ella que no sea una venta. Además, con los NFTs el propietario puede certificar que es el propietario único y absoluto de la obra original, no son divisibles como los tokens o las criptomonedas, y aunque pueden compartirse fácilmente en Internet, no se pueden destruir, eliminar o replicar como tales, puesto que están sustentados por un contrato inteligente sobre una red Blockchain.

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Los primeros “pinitos” de los NFTs, aunque entonces no se les conociese realmente como tales, se remontan a hace unos pocos años, con aquella fiebre de los criptogatitos. En esencia, aquellos Criptokitties ya eran NFTs, pues representaban con un token Ethereum un gatito único y que no se consumía. Ya es historia cómo aquellos criptogatitos empezaron a negociarse en compra-ventas por las que algunos usuarios inexplicablemente llegaron a pagar miles de euros.

A día de hoy ya conocemos célebres ejemplos de ventas de arte con NFTs. La casa de subastas Christie’s ostenta la primicia de haber realizado la primera subasta de una obra de arte puramente digital. La obra de arte fue un collage compuesto por más de 5.000 fotos realizadas por el conocido artista “Beeple”. La obra fue vendida por 69 millones de dolares!!!

Así, ha habido subastas millonarias de otros NFTs que han roto al alza este mercado. Por ejemplo la subasta del NFT del primer artículo del New York Times tokenizado, que fue puesto a subasta como mera prueba de concepto, y que acabó recaudando 560.000 dólares. Otro caso de recaudación millonaria fue la del NFT subastado de un retrato de Snowden y que recaudó más de 5 millones de dólares.

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Otro ejemplo fue aquella obra de Bansky con título “idiotas” (muy apropiado para el caso) que fue adquirida por una empresa que la destruyó quemándola no sin antes haber creado un NFT con ella. La propia empresa reconoce que destruyó la obra para transferir su valor al NFT, que ahora es la única forma de adquirirla. La subasta se adjudicó por 405.000 dólares.

A día de hoy ya se confirma que la burbuja de los NFT ha explotado y esas ventas a precios gigantes han acabado. Lo que sí nos queda es un nuevo modo de certificar la propiedad de los bienes digitales y abrir así una nueva vía de ingresos para artistas y creadores de contenidos.

Fuente: agujero.net

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